lunes, 31 de agosto de 2009

POR NOVENA VEZ HAY UN AJAZZGO EN CALI


El esperado encuentro de creadores de jazz fusión y experimental AJJAZGO, se toma por novena vez la ciudad de Cali del 2 al 12 de septiembre, en un evento creado para impulsar la divulgación del talento musical de los caleños y promocionar en nuestra ciudad el jazz de talla internacional. Desde su primera versión se ha posicionado como uno de los eventos musicales más importantes de la ciudad acogiendo un público espectador de más de 25 mil personas de todas las edades y profesiones.

La estructura del evento lo consolida como uno de los encuentros más importantes y visitados por los caleños y extranjeros, ademàs su entrada gratuita permitiendo llegar a un público más amplio.

La logística de AJJAZGO incluye múltiples presentaciones en las plazas tan importantes como museo de arte la tertulia, el teatro al aire libre los cristales y la sala Beethoven entre otros.los conciertos y presentaciones están acompañados de talleres de música y audiciones permitiendo crear en Cali no solo la cultura del espectador, sino la del creador y compositor.



Al parecer para AJAZZGO es importante mantener y promulgar el JAZZ como una expresión cultural aunque extranjera no menos importante que otros géneros y expresiones musicales en Cali.




...DE LEJOS CONOCÍ A UNA AGRUPACIÓN PARTICIPANTE DEL AJJAZGO...





No eran precisamente las 11:11 pero ya era de noche. Llegue al teatro libre los cristales y se presentaba 11:11, un grupo de Jazz colombiano en fusión con géneros del Caribe y aunque el Jazz es de América del norte, en Colombia los amantes e intérpretes de este género no dejan de lado el sabor y la piel que tiene la música propia de nuestro país.

Con 11:11 no tuve una entrevista como tal, la situación fue más simple, los conocí más por lo que ese dia en los cristales comentaban y hablaban los seguidores del jazz que asistian a ver el espectaculo, que por las palabras que pude cruzar con ellos que por motivos de tiempo y espacio no tuvieron la medida de atención que hubiera deseado.


lo cierto es que en el escenario lo expresan todo. ya como grupo 11:11 se proyecta como una propuesta musical de JAZZ local y algo de fusión. lo conforman tres pares de músicos, la mitad de ellos amantes del Jazz y el resto seguidores de la salsa; conformando así una propuesta conceptual y musical moderna, diversa y festiva. 11:11 Considera que su música es para todo tipo de público, aunque hacen énfasis en crear amor por el Jazz en la juventud colombiana..




martes, 2 de junio de 2009

…Y 22 horas después estaba en Egipto…


La primera impresión al ver las casas de las afueras del Cairo, es la igualdad que tienen con el pesebre de navidad de la tía rosa, ese de casitas de paredes blancas, con techos como el de las mezquitas, porque allá diferencié las mezquitas. Y aunque parecen de bareque, no lo son, son de piedra caliza.

Si una palabra definiese esa ciudad, seria caos. Cientos de edificios y complejos de viviendas son atravesados por autopistas aéreas de yo no sé cuantos pies de altura, porque mientras escuche la explicación no alcancé a hacer la conversión a metros. “Las doce menos cuarto de la noche (11:45)” dice Karim, el guía, me aterró que en el Cairo las mujeres caminan a esa hora por las angostas aceras, hay tráfico, los hombres venden mercancía desde sus carros, la ciudad se ilumina con los sitios que al parecer venden comida, el tranvía se ve lleno de lejos y el metro sale paralelo al autobús en el que vamos 40 colombianos: 36 paisas, mi papá, su esposa, mi hermano y yo.


¿Cuántos habitantes tienen la ciudad? Pregunto, 20 millones y Es una ciudad que no duerme dice Karim. Es una ciudad de 5000 años, pensé.

A un alígero amanecer encontré la ciudad de verdad: una urbe de calles amplias, carros extraños y hombres en bata con mujeres vestidas de negro. Las avenidas no tiene doble vía y no existen los semáforos, argumenta el guía que el trafico no se para, se deja fluir. El olor a esencias predomina en la ciudad y el mercado estaba a tres cuadras, pero es un olor a único, me huele a algo de color naranja, no lo he visto, no sé que es, para mi es simplemente Cairo.

Así es la ciudad mística y exótica bañada por el imponente Nilo, que nada tiene que envidiarle al Támesis de Londres o al Sena de parís. El Nilo es árabe, es grande, es el rio de ISIS y del que RA necesita para alimentar los papiros que crecen a lado y lado de la vertiente de vida de los egipcios.

Ya caminando por la ciudad el guía explicaba las normas culturales que debíamos seguir y algo de historia, recordé a mi mascota bruma que se quedo en Colombia. Y me di cuenta que en dos días no había visto ni un solo perro y pensé: no hay perros en Egipto porque ya se los comieron todos.

Saliendo de Cairo se empiezan a disipar las dunas del desierto, las de arena. Cuando esto sucede se puede ver desde una parte de la ciudad la sombra que giza, valle de pirámides, que ganó entre las construcciones del mundo un espacio como una de las siete maravillas. Cuando veo las fotos discrepo de los amantes de la fotografía: en ninguna foto que he visto de las pirámides se compara con el hecho de apreciarlas, con la impotencia que crea construcción semejante, ninguna foto, ninguna toma es capaz de captar la magnitud de Keops, kefren y micerinus. Y Ya Estando allí, en medio de los miles de espectadores, me di cuenta de que hoy construimos para el ahora y que los antiguos construían para el futuro. Ya era tiempo de dejar Cairo: imponente, desvelada, comerciante y moderna, para pasar el Suez y entrar a el Egipto de las películas, al Egipto que sólo es arena y piedra. Al desierto Sinaí.

De Cairo son 2 horas al canal del Suez; Son media hora de paso subterráneo y entras al desierto. Ahí sí se ven los camellos, y no hace calor, por el contrario es indescriptible el clima del desierto: No es frio de hielo, es de esos fríos que llegan a los huesos y sientes en cada poro. El desierto es muy frio pero ante todo es infértil.

Así que para defenderme con los beduinos retrocedí en la historia y aplicábamos recíprocamente el lenguaje de las señas, el que no tiene pierde y en el que los valores se dan con los dedos, las rebajas se piden escondiéndolos, y los tratos se cierran con el pulgar hacia arriba y una suave sonrisa. Así toco en Egipto, a falta de árabe y con un mediano manejo del inglés.

Lo más complicado en Egipto son las compras, los árabes son una cultura astuta, con solo escuchar como hablaba con mi hermano dicen: “¡Italia!” Les contesto: “NO” y me dicen: “LATINO” Le digo: “SI, COLOMBIA” me respondió: HIGUITA. Después te hacen entrar a su almacén -cosa que no se debe hacer- porque creen que es obligación comprarles. De pronto en una repisa vi una pirámide en escala que brillaba, la cogí y mientras la miraba se acerca el árabe: “¡TEN DOLLARS!”, muevo de lado a lado mi cabeza en un rotundo NO y al intentar entregarla no me la recibe, el árabe empieza a subir el tono de voz, quiere asustarme, repite: “¡TEN DOLLARS! ¡TEN DOLLARS!” Entonces con la pirámide en la mano y sin saber que hacer escucho un susurro en el oído, es mi hermano que titubea muy despacio: “él puede ser muy árabe pero nosotros somos colombianos, deja eso en el piso y corramos”.

Al llegar a la mitad del desierto entramos al hotel de santa catalina, al lado del monte Sinaí, el monte más alto del Egipto asiático. A las dos de la mañana citan a los valientes que vamos a subir, el guía advierte de situaciones de rutina: hace una temperatura de 5 grados bajo cero en la noche, si se empieza a caminar es mejor tratar de no parar mucho por la presión del cuerpo, no tomar mucha agua para no sentirse pesado, la caminata es de subida 4 horas y de bajada otras 4 y anima diciendo que es el amanecer más hermoso que alguna vez se pueda ver. Es un sol naciente de muchos y privilegio de pocos.

Con esas recomendaciones empezamos a subir, éramos mi papá, mi hermano y yo. Con saco, dos chaquetas: de pana y térmica, pasamontañas, guantes, medias gruesas y teníamos frio. Gracias a mi paso lento perdimos al guía y una linterna era nuestro guía ahora. “No mire hacia atrás, ni hacia delante, solo camine, solo camine, solo camine…”

Ya se hacían las cinco porque los pequeños rayos de luz me dejaban verme los pies, llegábamos a la última estación de 4 y sólo nos faltaban 900 escalones. Era cuestión de querer y de no tomar agua, porque me sentiría pesada.

eran los últimos 100 escalones me parecieron más duros que los 800 que ya llevaba ganados. se me olvido el dolor cuando llegue a la cima y de una forma inexplicable vi a mas de 50 personas de todo el mundo: asiáticos, negros, europeos, egipcios y nosotros, todos mirando ese hermoso amanecer y agradeciendo cada cual a su Dios y el que no, a la vida o al destino, por permitir sentir tal armonía, por contemplar tal inexplicable belleza, por enseñar en esos 10 minutos de aurora, que podemos estar juntos, que ese momento somos iguales, que como humanidad buscamos el misterio de la paz.

lunes, 16 de marzo de 2009

sobre la ética Periodistica


“Tenemos deberes más importantes que nuestros derechos en una profesión pensada en el servicio”

En la democracia que ostentamos hoy en día la prensa y los medios tienen la oportunidad de investigar el tema que consideren pertinente. Para el caso colombiano, la libertad de prensa se ha visto opacada por los intereses de pocos que afectan a muchos. La mentira, la manipulación y la censura son el pan de cada día para quienes realizan – como diría García Márquez- “el trabajo más lindo del mundo”.

Pero la balanza no se inclina sólo para el lado del periodismo libre. El ejercicio utópico de informar objetivamente y el publico receptor piden a gritos – sin saberlo- verdad. Podría decirse entonces que la conciencia de quienes consumen los medios demanda a los periodistas seriedad, que no se dejen utilizar para fines contrarios al interés nacional. La primera responsabilidad del periodismo y de los medios es con quienes lo acogen, es con su público.

De la misma manera arguyo que es deber de los medios asumir su responsabilidad y alertar a sus públicos de no creer todo lo que se publica. Estos deben de estar consientes que así como pueden hacer mucho bien, pueden provocar grandes daños. Si bien es cierto que en muchos momentos de la historia una noticia mal enfocada (ahí entra el juego de lo objetivo) o una información mal dada, mentirosa o no pertinente, han causado revuelos, matanzas, ingobernabilidad, quiebras, crisis sociales y económicas, injusticias y hasta guerras.

Los medios de comunicación y los periodistas detrás de ellos, son actores sociales del diario vivir, a tal punto de no desconfiar de sus versiones, su poder en la opinión pública es inminente y su posición en la sociedad privilegiada. ¿No debemos a quienes nos han posicionado en este reñido poderío lo mejor de nosotros y de nuestro aprendizaje?

Entonces no es sólo escudar el ejercicio de informar en la ley y la libertad de expresión, es encontrarse con los deberes de la profesión y el buen aprovechamiento del poder obtenido. Somos los profesionales en la comunicación quienes representamos el sujeto cualificado de la realización imparcial de los medios, una cualificación garantizada por preparación y formación de la academia, es ahí donde el empirismo o más aún dañino el hemisferio de la opinión sin fundamento y nuestra permisión de los mismo nos llevan a tener el periodismo que hoy consumimos y que merecemos. El periodista debe estar constituido por valores de certeza y responsabilidad desde su acción comunicativa en el aprendizaje de su profesión, así como también a tener una especial sensibilidad acerca de los efectos derivados de su actividad informativa, estamos llamados a incorporar todas y cada una de las normatividad de comunicación social y los aspectos éticos de esta.

Lo que se ha perdido en el buen periodismo - si así puede llamarse- es el temor por los peligros del uso propagandístico, los posibles efectos de la violencia en las pantallas, la influencia de determinados titulares o imágenes, la falta de verificación de las fuentes, esconder datos, la verdades a medias, estar dando disculpas por información equivocada y superponer la venta a la verdad, son síntomas de la irresponsabilidad (ahora típica en el caso colombiano).

La urgencia por establecer ventas crea la frívola situación de “la chiva”. Irresponsable y efímera, es la prueba reina de las investigaciones a medias. Este tipo de productos mediáticos no conducen a un ejercicio responsable y formador de posiciones críticas, más bien genera ciertas tendencias por el amarillismo y sensacionalismo, cuya dinámica se basa en inflar una noticia más allá de sus justas proporciones con el único fin de triplicar las utilidades de su venta por la expectativa que genera de ser conocida. Es ahí donde el harnero del periodista en ejercicio debe de colar la información que pueda ser real y útil. Le debe de servir para aceptar o no las publicaciones medianamente investigadas. Siendo fiel a su propio régimen moral, a los criterios éticos y sancionando la manipulación.

Es muy común que la noticia sensacionalista en un principio genere altos dividendos, pero a futuro, el consumidor suele apelar a la ética, y ante la cantidad de escándalo y amarillismo se genera una repulsión. Lo digo personalmente: me genera duda tanta chiva.


Suenan muy bonitas las condiciones éticas a la que debe estar sometida la notica y toda publicación de los medios. Otra realidad es la que se enfrentan muchos estudiantes de comunicación en donde la academia idealiza las maneras de desempeñar su labor con los otros y los apellida en lo “social” integrando un comunicador social que encuentra otra versión de su carrera en los medios, que LE TOCA -porque nos toca- adherirnos a las filiaciones políticas, económicas, y morales del medio donde trabajemos. Si quiero conservar ese trabajo. Estamos obligados desprender los valores aprendidos y convertirnos en una ficha más de la maquinaria comunicativa tergiversada.

Así mismo como comunicadores sociales es debido conocer los derechos, pero también los deberes. Tenemos una misión en nuestra profesión pero no es la de reclamar sólo nuestros derechos, pelear por la libertad de prensa y por dar a conocer fotos, archivos y demás. Tenemos deberes más importantes que nuestros derechos en una profesión pensada en el servicio. Deberes que contribuyen y constituyen a los que nos oyen, ven y leen. Tenemos el deber y el compromiso profesional y moral dar singular relevancia a pensar en las consecuencias de lo que informamos a medias, de lo que no estamos seguros. de lo que creemos verdad. No hay verdades absolutas, y esto es absolutamente cierto.

Tocando de manera superficial el marco legal, las exigencias de nosotros como periodistas son múltiples y hay varias normas jurídicas que regulan la actividad y se basa en las obligaciones esenciales para con los otros: vendría a ser un conflicto de libertades, en donde la libertad del periodista no debe irrespetar la del individuo, quién sea como sea goza constitucionalmente su privacidad. El respeto por el buen nombre y el derecho a estar informado con la verdad y el ser inocente hasta comprobar lo contrario. Como por mencionar algunos derechos que violados frecuentemente.